Años atrás había conocido, y me había maravillado, con las 14 hectáreas del Parque de Lota, uno de los tantos reflejos de aquel pasado que aún persigue a la ciudad. Esta vez no pude volver a recorrerlo, pues tras el terremoto del 27 de febrero está cerrado debido a múltiples deslizamientos de tierra, caída muchas de las esculturas que lo adornaban, la inclinación importante de su faro y otros daños en su infraestructura, que lo mantendrán cerrado hasta al menos Octubre de este año.
De todas formas la península en la que está instalado es visible desde muchos puntos, como se puede ver aquí.
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Lamentable lo del terremoto, pero por lo visto no le ha hecho perder la belleza natural al faro. Parece una imagen de un filme negro.
Con todo respeto, debo decir que eres «terrible» fotógrafo, eh?!
FELICITACIONES
Saludos
Buenísima foto, Jorge. Me encantan esos colores.